Según la forma en que se administran, los anticoagulantes pueden ser de dos tipos:

Anticoagulantes inyectables

Anticoagulantes orales

Son los que se administran por vía venosa o por vía subcutánea.

Subtipos:

  1. Heparina sódica o no fraccionada (HNF)
  2. Heparina de bajo peso molecular o fraccionada (HBPM)

Características:

Las heparinas son medicamentos que actúan inhibiendo indirectamente la trombina, una enzima de la sangre que impide que se forme el coágulo de fibrina estable tan necesario en el proceso de coagulación. Funcionan uniéndose a la antitrombina y acelerando su mecanismo de acción.

Las heparinas no fraccionadas (HNF) son de administración intravenosa y requieren un control estricto para evitar la sobre o subdosificación. Su principal uso es hospitalario.

Las heparinas de bajo peso molecular (HBPM) surgen como resultado del fraccionamiento de las HNF, dando lugar a moléculas más pequeñas. Actúan sobre la misma vía para producir su efecto anticoagulante; sin embargo, a diferencia de estas, se unen menos a las células, se absorben mejor por vía subcutánea y tienen menor unión a proteínas plasmáticas, lo que hace que sólo requiera su administración 1 o 2 veces al día y que no sea necesario el control de laboratorio.

Estas heparinas son esenciales en la terapia puente con anticoagulantes orales que se lleva a cabo, generalmente, frente a situaciones de riesgo de sangrado, como pueden ser las intervenciones quirúrgicas o exploraciones que puedan requerir biopsias profundas (endoscopia, broncoscopia, colonoscopia, etc.). Hablamos de terapia puente cuando se necesita disminuir o anular el efecto de los fármacos anticoagulantes orales. Durante esta interrupción puede aumentar temporalmente el riesgo tromboembólico y, en algunos casos, se recomienda administrar provisionalmente otros fármacos anticoagulantes de acción rápida como las heparinas, de manera general las de bajo peso molecular (HBPM).

Se administran por vía oral.

Subtipos:

  1. Antivitamina K o AVK: Inhiben la vitamina K, esencial para el funcionamiento de diversas proteínas que participan en la coagulación de la sangre. Se usan desde hace más de 70 años.
  2. Anticoagulantes de acción directa (ACODs): Son inhibidores directos de diferentes factores de la coagulación, dependiendo de cada fármaco.