No desayunar bien aumenta el riesgo de enfermedad vascular
19 abril, 2019
La voz de los pacientes
anticoagulados
Seguir una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable es fundamental para recuperarse tras un accidente vascular como el infarto de miocardio o el ictus. Tal es su importancia que, por ejemplo, saltarse el desayuno y cenar justo antes de ir a dormir puede aumentar entre 4 y 5 veces el riesgo de sufrir otro evento de este tipo, según un estudio publicado en la European Journal of Preventive Cardiology, la revista de la Sociedad Europea de Cardiología.
Muchos estudios ya han demostrado previamente la importancia de seguir unos hábitos alimentarios para mantener nuestra salud. Estos hábitos van muy relacionados con otros poco saludables como fumar y tener un estilo de vida sedentario. No obstante, este nuevo estudio “muestra que las dos conductas alimenticias se relacionan con peores resultados después de un infarto”.
Uno de cada diez pacientes de este tipo muere en un año, y la nutrición es una forma relativamente barata y fácil de mejorar el pronóstico, explica el autor, Marcos Minicucci, de la Universidad Estatal de São Paulo (Brasil). “La gente que trabaja hasta tarde puede ser particularmente susceptible a cenar tarde y no tener hambre por la mañana”.
Pero, ¿de qué está compuesto un buen desayuno? Los productos lácteos, como la leche desnatada o baja en grasa, yogur y queso pueden ser una buena opción si lo acompañamos con un carbohidrato (pan de trigo, cereales…) y lo complementamos con una o dos piezas de fruta. De hecho, tal y como apunta el investigador, debería tener entre el 15% y el 35% de nuestra ingesta calórica diaria total.
Para poder llegar a esta conclusión, el estudio se centró en analizar a 113 pacientes con una edad media de 60 años. Se les preguntó acerca de sus comportamientos alimentarios. Saltarse el desayuno se definió como no tomar nada antes de la comida, excluyendo las bebidas, como el café y el agua, al menos tres veces a la semana. Cenar a altas horas de la noche se definió como una comida dentro de las dos horas anteriores a la hora de acostarse, al menos tres veces a la semana. La omisión del desayuno se observó en el 58% de los pacientes, la cena a deshoras en el 51%, y ambos comportamientos en el 41%.
El uso de estatinas antes del ingreso al hospital fue mayor en el grupo con hábitos alimenticios poco saludables y peores resultados. «Hay algunas controversias con respecto a los hábitos alimenticios de los pacientes que usan estatinas. Nuestro estudio sugiere que los pacientes con síndrome coronario agudo, con elevación del segmento ST, perciben las estatinas como una vía alternativa a los beneficios para la salud. Pero estos medicamentos deben ser un complemento a los hábitos alimenticios saludables, no un sustituto», recuerda el investigador.
Ante estos resultados, los cardiólogos aseguran que las personas que desayunan todos los días tienen menos riesgo de desarrollar enfermedades que aumentan el riesgo cardiovascular como el colesterol o la presión arterial elevada. Y en cambio, quienes suelen saltarse esta primera comida del día tienen más riesgo de obesidad, una mala nutrición o diabetes.
Planificar las comidas y desayunar todos los días puede ayudar a reducir este riesgo. Asimismo, también ingerir más calorías en las primeras horas del día y menos alimentos por la noche reduce igualmente el riesgo de sufrir un infarto de miocardio o un ictus, entre otras enfermedades vasculares.
Fuente: Infosalus
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