Desde la Federación Española de Asociaciones de Anticoagulados (FEASAN) queremos ofrecer nuestro apoyo a las Consejerías de Sanidad de las distintas CCAA para que juntos, de la mano de los gestores sanitarios, profesionales de la salud y con la visión del paciente, podamos ofrecer la mejor atención sanitaria para preservar la salud de los pacientes anticoagulados, y al mismo tiempo del personal sanitario que los atiende, ante la pandemia actual originada por el COVID-19.

Por ello, es nuestro deber como pacientes, unirnos al mensaje de las Sociedades Científicas, en el que manifiestan como prioridad adoptar medidas excepcionales para la protección y seguridad, del paciente a la hora de realizar los controles del INR en los que viven anticoagulados con antivitamina K (AVK).

Sabemos que estas medidas ya se están aplicando en algunas de las CCAA. Sin embargo, apelamos a unificación de criterios en todas las CCAA de nuestro país. Por ello, alineados con las recomendaciones de los expertos solicitamos la aplicación de las siguientes medidas:

1. Informar a los pacientes sobre las pautas a seguir para el control de su tratamiento.

Hay que tener en cuenta que el perfil del paciente anticoagulado es, en su mayoría, el de un paciente mayor con enfermedad cardíaca y otras comorbilidades. Por eso es de vital importancia preservar la salud de estas personas que presentan un alto riesgo frente al coronavirus y por ello su confinamiento total es una medida de protección.
En estos momentos de angustia es de vital importancia informar a los pacientes anticoagulados de mayor riesgo sobre las pautas a seguir para el seguimiento de su tratamiento anticoagulante (si deben aplazar la fecha de control, si deben acudir al centro de salud o no y cómo deben hacerlo, cómo actuar ante una posible complicación, etc.). Debemos evitar, en la medida de lo posible, que acudan a los servicios de salud sino es estrictamente necesario.
Hay que tener en cuenta, además, que, como cualquier enfermedad aguda, el COVID-19 podría afectar a los niveles de INR, especialmente si se disminuye o altera la ingesta de alimentos o si hay enfermedad diarreica.

2. Garantizar la seguridad del paciente en el acceso al control del INR

En este aspecto es necesario que los centros responsables de realizar la monitorización del INR garanticen el aislamiento de las zonas de control con respecto al resto de zonas con afluencia de pacientes, especialmente respiratorios. Se deberán garantizar las medidas higiénicas de protección tanto para el profesional sanitario como para el propio paciente. En el caso de no ser posible adoptar estas medidas de seguridad porque la infraestructura del centro no lo permita, se recomienda aplazar la visita (pacientes más estables), realizar una visita domiciliaria o la participación del farmacéutico comunitario en el análisis del INR y posterior visita telefónica para establecer la pauta médica.
Los pacientes en autocontrol podrán seguir realizando sus controles semanales de forma habitual desde sus domicilios. Mediante esta fórmula se reduce significativamente el riesgo de contagio, tanto para el paciente como para los profesionales sanitarios y, por extensión, para la población en general.

3. Facilitar el acceso los anticoagulantes orales de acción directa (ACOD) de forma provisional.

El confinamiento en casa obliga a los ciudadanos a quedarse en casa. Las autoridades sanitarias recomiendan encarecidamente dicho confinamiento y, muy especialmente, para la población de riesgo (personas mayores y con patologías previas). Este perfil clínico afecta directamente a los pacientes anticoagulados. Alineados con las recomendaciones de los expertos, consideramos clave la ampliación de la financiación de los ACOD a los pacientes con fibrilación auricular no valvular (FANV) que deban iniciar el tratamiento anticoagulante o que actualmente se encuentran en tratamiento con AVK pero presentan un INR inestable y fuera de rango. Dicha financiación se justifica porque el confinamiento de los pacientes y, por lo tanto, “la imposibilidad de acceso al control del INR convencional” es una de las situaciones descritas en el Informe de Posicionamiento Terapéutico de los ACOD como criterio de elección de estos tratamientos.
En este sentido y tratando de equiparar los derechos de los pacientes anticoagulados de nuestro país, instamos a la máxima autoridad competente delegada actual, el Ministerio de Sanidad, a que equipare las medidas de acceso a la prestación farmacéutica, en nuestro caso de los ACOD, incluidas en la Orden SND/266/2020, de 19 de marzo, por la que se establecen determinadas medidas para asegurar el acceso a la prestación farmacéutica del Sistema Nacional de Salud al colectivo de los Regímenes Especiales de la Seguridad Social. los usuarios del SNS como los que forman parte del colectivo de los Regímenes Especiales de la Seguridad Social, a todos los pacientes.

4. Asegurar la dispensación de la medicación con visado de inspección de forma automática.

La situación actual exige medidas excepcionales temporales, también en procesos administrativos como la aprobación del visado de inspección de tratamientos como los ACOD. Eliminar el visado durante el periodo de alarma y sus posibles prórrogas o facilitar la aprobación automática de esos visados a aquellos pacientes que todavía siguen en receta manual de ACOD para no tener que desplazarse hasta el Centro de Salud o las Inspecciones Médicas del Área correspondiente, evitará al paciente la exposición a un riesgo innecesario.

Creemos que ante esta situación de pandemia excepcional debemos garantizar los derechos de los pacientes y priorizar su salud debe de ser lo más importante. Por ello, desde FEASAN reafirmamos nuestro compromiso con las instituciones sanitarias de nuestro país ofreciendo de nuevo nuestra colaboración y ayuda para todo lo que esté en nuestras manos. En estos momentos, todos remamos hacia la misma dirección. Unidos podremos superar esta pandemia de la mejor manera posible.

 

FEASAN, 24 de marzo de 2020.