Anticoagulantes directos para reducir trombosis en pacientes con cáncer
6 junio, 2019
Anticoagulantes directos para reducir trombosis en pacientes con cáncer
6 junio, 2019
La enfermedad tromboembólica venosa (ETV) es una de las complicaciones más frecuentes y segunda causa de muerte prevenible en los pacientes con cáncer; la morbilidad asociada al TEV afecta muy negativamente a la calidad de vida de estos pacientes. En concreto, el cáncer y su tratamiento incrementan hasta siete veces el riesgo de sufrir un evento tromboembólico (ETV) y hasta un 20% de pacientes presentan un riesgo alto de hemorragia y de tromboembolismo recurrente.
Esto se debe a que los tumores producen sustancias procoagulantes que activan la coagulación, y la cirugía, la quimioterapia, la colocación de catéteres o la inmovilización inducen estados de hipercoagulabilidad, dando lugar a la formación de trombos.
No obstante, existen algunos tumores con un mayor riesgo de trombosis, como el cerebral, el de riñón, ovario, estómago, cáncer de páncreas, y de colon. Esto se debe a que su riesgo está muy relacionado con la angiogénesis del tumor y su estadio. Cuando más riesgo hay de sufrir ETV es en los seis meses tras el diagnóstico.
La edad, la inmovilización prolongada, haber sufrido una trombosis venosa profunda, la obesidad, las varices, presentar disfunción cardíaca, ser portador de un catéter venoso central, síndrome nefrótico y tomar estrógenos son otros factores de riesgo relacionados con el cáncer y la ETV. Además, otra complicación asociada a los tumores es la fibrilación auricular (con un 4% de prevalencia en pacientes con cáncer).
Precisamente, este es uno de los temas que se ha abordado en simposio de “Unidades de Oncotrombosis: Medicina personalizada en el tratamiento anticoagulante del paciente con cáncer que presenta FA o ETV’ celebrado en el Instituto Universitario Dexeus de Barcelona, organizado por el Blood Cell Institute Barcelona, en el que se ha recordado que los anticoagulantes orales directos (conocidos como ACODs) reducen las hemorragias asociadas a la trombosis con cáncer.
Actualmente, el tratamiento para estos pacientes se basa en inyecciones de heparina que se administran de 3 a 6 meses. No obstante, la actualización de las guías clínicas recomienda que a partir de ahora el tratamiento de primera elección sea con los nuevos ACODs, ya que son “igual de eficaces” que las heparinas para prevenir complicaciones trombóticas y, a la vez, disminuyen de manera muy significativa el riesgo de sangrado.
En cambio, en los enfermos de cáncer, el tratamiento para la ETV y la FA afecta en la calidad de vida del paciente. La recurrencia de eventos trombóticos y las hemorragias empeoran la calidad de vida de estas personas y en ocasiones comprometen la adherencia al tratamiento.
Por ello, la doctora Amparo Santamaría ha destacado la necesidad de crear Unidades de Onco-Trombosis, complementarias a las que ya existen de Cardio-Onco, para garantizar que el manejo de las complicaciones trombóticas las valore y tutele el experto en hemostasia con el objetivo de garantizar un tratamiento eficaz y seguro a unos pacientes pluripatológicos y de alta complejidad diagnóstica y terapéutica. «Es fundamental conocer bien las interacciones entre los diferentes fármacos y valorar con otros especialistas los factores de riesgo asociados al tratamiento oncológico con el objetivo de prescribir en cada etapa de la enfermedad la opción terapéutica más adecuada», ha explicado.
Fuente: COPE
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